domingo, 14 de febrero de 2010

Juárez, nunca fue, no es, ni será sinónimo de reforma


Llevamos años escuchando las tropelías que se realizan en todo el territorio asignado a los Estados Unidos Mexicanos; sin que hayamos, al día de hoy, desarrollado los mecanismos adecuados que le hagan frente. Individuos somos quienes conformamos la población aglomerada en cada una de las urbes de este espacio, quienes expuestos a nuestra propia barbarie sufrimos de su resultado.

Desde hace varios días: escucho, observo y doy lectura a expresiones que ponen a prueba la tolerancia ante la irresponsabilidad de los individuos. Percibo cómo se evocan los "Derechos Humanos" a través de enardecer la frustración, ignorando que esto se contrapone a lo que hoy buscan como "Justicia Social".

El caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, ha acaparado desde tiempo atrás nuestra atención. Hoy el asesinato de varios jóvenes propició una turba. Misma que evade su responsabilidad ante los hechos. ¿Cómo es posible ignorar que el total de los responsables de estos actos son residentes de esa localidad? ¿Las familias ignoran las actividades y el comportamiento de la totalidad de sus miembros?

Estos individuos apelan a los Poderes de la Federación, sin responsabilizarse de sus actos, sin colaborar en el esclarecimiento de los hechos. Existe la solución que por simple es descalificada, que las familias cuiden, atiendan y vigilen a sus miembros. Que los individuos observen su entorno y denuncien todo acto sospechoso o delictivo a las autoridades; incluso el de sus propios familiares.

Frente a un conglomerado enfático con respecto a la descalificación y el descrédito mutuo, se hace necesario buscar un punto que rompa este momento de inercia. Generando empatía al sentimiento de frustración e impotencia del que somos presa y, encausando el mismo a ejecutar mecanismos que permitan generar una riqueza perdurable y que inicien la transformación del individuo en ciudadano.

Expresiones como @15x15 en TWITTER, junto con marchas que alteran la vialidad de nuestras ciudades, no son, capaces de construir la civilidad, conocimiento y responsabilidad que necesitamos.

Si nuestra voluntad es participar: Impulsemos un esfuerzo por fortalecer el sistema productivo mexicano. Si buscan apoyar al territorio de Ciudad Juárez, conozcamos cuales son las industrias instaladas ahí y organicemos una campaña para adquirir sus productos. Evitemos consumir productos provenientes de otros países, exijamos a los productores nacionales elevar su calidad a niveles competitivos internacionalmente.

Adquiriendo los productos elaborados en el territorio Mexicano, impulsamos nuestro propio desarrollo. Cooperemos pagando nuestras aportaciones al Estado, no adquiramos productos de procedencia ilícita, no brindemos dádivas y en general, evitemos todas las prácticas que sabemos nos son dañinas.

Espero sobre todo, que el sinsentido reclamo de hoy se traduzca en una participación activa en las urnas, consiente y responsable. Iniciemos nuestra propia transformación de individuos a ciudadanos orgullosos y amorosos de nuestro país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario